La edición de una imagen periodística es mínima. Se trata de reforzar el centro de interés de una imagen para informar o persuardir con más vigor.
En dado caso se utilizan pocas herramientas, como las de recorte; la de tampón de clonar, en caso de que la imagen esté sucia por provenir de un negativo en mal estado; o las de brillo-contraste, equilibro de color, o curvas para mejorar los tonos de la imagen.
Es preciso tener en cuenta que por cuestiones de ética periodística la imagen de prensa no debe ser manipulada o alterada de un modo tal que ésta quede completamente distinta a como se captó en realidad.
Es verdad que algunas revistas o diarios llevan a cabo fotomontajes con tal de persuadir o llamar la atención de un lector desprevenido, pero eso, como bien dice Pepe Baeza no es más que una fotoilustración, y debemos ser conscientes de ello. Algunas publicaciones tratan de pasar dichas imágenes como reales, como "naturales", pero están faltando a la verdad y a los códigos de ética de la prensa.
El que la llamada fotoilustración se más común en las portadas de revistas o en las páginas de diarios no está mal, siempre y cuando la publicación en cuestión indique ante qué tipo de imagen posamos nuestra mirada.
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