Sunday, May 07, 2006

Categorías de luz ambiental y artificial

La luz es esencial a la fotografía, palabra que significa escritura con luz. Sin luz es casi imposible ver o tomar fotografías, y es la luz la que hace a los objetos visibles al ojo y a la cámara. La luz tiene ciertas características, como la intensidad y el contraste.

Al igual que el sonido, la luz es una forma de energía que se emite en forma de ondas que viajan a enorme velocidad a partir de una fuente como el sol, una bombilla o un flash. Como forma de energía afecta a la naturaleza de los materiales a los que alcanza, provocando en ellos ciertos cambios.

Desde el punto de vista fotográfico, lo más importante es que la luz viaja o se desplaza en línea recta. El comportamiento de la luz varía en función de la naturaleza del material sobre el que incida. Los materiales opacos, como la madera o el metal, bloquean la luz y absorven la mayor parte de sus rayos. Los materiales transparentes, como el cristal o el agua, se dejan atravesar. Las superficies con textura la dispersan en todas las direcciones, y la luz que reflejan es difusa.

Ciertas superficies pulidas, de vidrio o metal, reflejan la luz sin dispersarla, y forman imágenes espectaculares. La mayor parte de las superficies reflejan la luz en mayor o menor medida, más las pálidas. Las superficies negras no reflejan nada de luz, y las blancas reflejan toda.

La luz es también la fuente de todos los colores. Está formada por ondas de diferentes longitudes, algunas de las cuales son visibles para el ojo humano, que las percibe en forma de color. El Sol, como la mayoría de las fuentes, emite un espectro continuo de todas estas longitudes, y vemos el resultado como blanco. Pero los objetos que nos rodean absorven unas longitudes de color y reflejan otras. Un tomate maduro, por ejemplo, absorve la mayoría del azul y del verde, y refleja el rojo, por lo que se ve de este color.

La luz también determina la percepción de la forma y el volumen de los objetos. Por ejemplo, un tomate al sol refleja mucha luz desde el lado iluminado; la luz le alcanza bajo diferentes ángulos y es reflejada a otras tantas intensidades; el cerebro reconoce estas gradaciones de luminosidad. Nuestro ojo es capaz de percibir con claridad los objetos gracias a que sólo admite una cantidad limitada de luz, a través de un pequeño agujero conocido como pupila, que el cristalino enfoca a continuación.

Tipos de luz

Para llegar a dominar bien la luz se necesitan años de experiencia. Una forma de iniciarse en este dominio es comprender bien las tres grandes categorías de luces utilizadas en fotografía: natural, ambiental y artificial.

En fotografía, la luz es nuestra materia prima, básica. El sol es la fuente de luz natural y su intensidad varía según la hora del día y las estaciones del año. La luz solar es rica en posibilidades, pero a veces imprevisible e imposible de controlar. La luz natural puede dividirse en cuatro categorías: luz directa, luz difusa, luz reflejada y luz indirecta.

Luz ambiental

La luz ambiental es aquella que hay en el lugar en el que se va a fotografiar, aunque el término suele reservarse para el trabajo en interiores, para diferenciarla de la luz natural. En muchos casos es una mezcla de varias fuentes: ventanas, lámparas domésticas y reflejos. También suele ser desigual, con zonas muy luminosas y otras envueltas en sombras densas. El efecto es muy sugestivo si se sabe captar en la película, pero trabajar con esta clase de luz obliga a medir con mucha atención y exige experiencia para calibrar las posibilidades.

La mayor dificultad suele ser la escasa intensidad de la luz. Incluso con películas rápidas es preciso en ocasiones trabajar con tiempos de exposición muy largos y aberturas grandes. Es preciso sujetar bien la cámara o montarla en un tripoide y enfocar con mucho cuidado para obtener resultados nítidos. La luz de las lámparas y la que entra por las ventanas es muy adecuada para retratos, y en general, para temas que responden bien a la luz lateral suave.


Luz directa: Esta se produce cuando el sol brilla con fuerza y el cielo está completamente despejado. Entonces, la luz incide directamente con el tema. De tal modo, podremos percibir las zonas de brillo y de sombra que produce la luz directa.

En la fotografía de paisaje, la luz directa es capaz de producir volúmenes y matices que pueden ser la diferencia entre una fotografía aburrida y una impactante. Esta luz, por el contrario, es la menos favorable para la foto de retrato, ya que provoca sombras desagradables en la modelo, que pueden arruinar la imagen.

En algunas ocasiones, la luz directa nos proporcionará imágenes de alto contraste. Por ejemplo, con el contraluz se obtiene un contraste elevado. La luz directa, también conocida como luz dura, es excelente para sobrevalorar la textura y las formas, aunque reduce el detalle y puede provocar que las zonas de luces y sombras aparezcan planas.

Luz difusa: Cuando el sol está oculto por niebla, nubes, polvo, humo, contaminación o por otros factores, los rayos se dispersan y en lugar de incidir sobre el tema desde un único punto, el haz luminoso se divide, de manera que procede de varios puntos. En consecuencia, la luz pierde intensidad, dando por resultado que las sombras producidas resulten menos impactantes.

En general, se cree que los días nublados no son propicios para lograr buenas imágenes, siendo que en realidad se trata de condiciones ideales donde el fotógrafo puede trabajar con más seguridad y facilidad, obteniendo sombras más suaves, que favorecen especialmente la toma de retratos.

En fotografía de arquitectura, la luz difusa revela detalles y texturas que con la luz directa se perderían. Otra ventaja es que los colores y los detalles que se ven por el visor quedan fielmente reproducidos en la película, sin extremos que engañen a la cámara.

Luz reflejada: Esta se produce cuando el haz luminoso rebota en una superficie como el agua, arena, un muro pintado en tono claro, algún mueble o prenda de vestir, etc. Los materiales reflectantes de luz proporcionan iluminación adicional a la imagen, logrando que las sombras sean poco perceptibles. Por el contrario, los materiales absorventes de luz (los de color oscuro) hacen que las sombras se marquen más. La luz reflejada es más intensa cuando la fuente de iluminación es directa. Cuando la luz es difusa, los reflejos no son tan intensos.

Cabe destacar que en el caso del color, éste puede variar de acuerdo al tono de la superficie en la que incide la luz. Por ejemplo, si los rayos solares rebotan en un piso amarillo, la persona adoptará un matiz amarillento en la foto.

Entre las superficies reflectantes, el agua es la más conocida y la que produce efectos más espectaculares. Los reflejos pueden incluso deslumbrar por su intensidad. Además, debido al movimiento del agua, el sujeto queda salpicado por los juegos de luz. Sin embargo, debemos tener cuidado cuando se toman fotos en las que interviene el agua como tema, ya que los reflejos de ésta pueden ser más brillantes que el tema en sí, por tanto, hay que elegir si se desean captar los detalles del tema o los reflejos en el agua, ya que no es posible captar ambos a la vez.

Luz indirecta:
Cuando la luz pasa directamente a través de una ventana, tiene el mismo efecto que sin nos encontráramos al aire libre, ya que forma sombras muy oscuras y zonas de luz muy brillantes. Sin embargo, si el día está nublado o los rayos solares no llegan directamente a la ventana mencionada, ésta sólo dejará pasar un cierto número de rayos solares, produciendo una versión suavizada de la luz directa.

Una pared pintada de color claro, una cortina o un mueble igualmente claros, contribuirán también a reflejar la luz, formando sombras secundarias y una iluminación suave, muy propicia para fotos de retrato.

Cabe destacar que la luz natural cambia a lo largo del día y del año. En ciertas estaciones del año, al amanecer, por ejemplo, a las siete de la mañana , la luz es indirecta porque el sol no ha salido totalmente. Los tonos están mezclados y el azul predomina, dando a la escena una apariencia fría. Cuando el sol acaba de salir por completo, como a las ocho o nueve de la mañana, su luz separa los volúmenes y revela los detalles. Esta luz, baja, lateral y dura es muy amarilla y revela gran cantidad de colores.

Al mediodía, el sol está alto, de frente a la cámara y la luz se vuelve casi incolora. La dirección de ésta ha reducido la saturación de colores en el cielo. Los detalles desaparecen casi por completo. Por la tarde, como a las cinco y media o seis, las nubes oscurecen el sol, que está mucho más bajo; es decir, al lado, el contraste aumenta y se da la sensación de un tono casi monocromático. Cuando el sol comienza a ponerse, el color se intensifica y el aspecto del cielo cambia. Las sombras son más intensas. Cuando el sol se ha puesto, el cielo cambia de color, tornándose más azul, aunque todavía se llegan a percibir algunos colores. Las sombras se vuelven más densas.

¿Se puede modificar la luz ambiental?

Es posible modificar la calidad de la luz solar si utilizamos flash de relleno y materiales reflectores, absorventes o difusores. Por ejemplo, si vamos a realizar un retrato y ubicamos a nuestra modelo junto a una ventana, seguramente obtendremos buena iluminación por el lado que da a la ventana, por el lado contrario obtendremos una sobreexposición. En tal caso, podemos utilizar una cartulina blanca, una sábana, una toalla o una camisa, en fin cualquier "reflector de color claro" para dirigir la luz hacia la parte oscura. El propósito es contar con una superficie clara que pueda moverse según nuestra conveniencia para rellenar con luz las zonas oscuras.

Asimismo, cuando la luz entra de lleno a la habitación, produciendo sombras marcadas y altas luces, lo recomendable es difundir la luz, colocando entre la ventana y el modelo, una cortina delgada, un pliego de papel albanene o un mantel.

Sobre el flash de relleno cabe decir que éste recibe tal nombre porque ayuda a rellenar de luz la zonas de sombras, además de añadir luz adicional a la foto. Da buen resultado si el motivo a iluminar no es demasiado grande y se encuentra a poca distancia de la cámara. El flash de relleno puede utilizarse en día grises para resaltar objetos; en fotos de moda, para iluminar el rostro de la modelo cuando se precisan sombreros de ala ancha, y en foto de retrato, con puestas de sol al fondo, en donde vemos sólo la silueta de la figura, debido a la diferencia de luminosidad entre la persona y la puesta de sol, el flash reducirá el contraste.

El primer paso es colocar el flash a una distancia del sujeto para aclarar las sombras en la medida deseada. Para que la luz del flash sea de intensidad igual a la mitad de la solar empiece por medir la exposición de la forma normal y ajustar la abertura en consecuencia. Como quiere que la luz del flash equivalga a la mitad de la solar, en la ecuación del número guía debe ajustar a la abertura inmediata superior a la que realmente se indica.

Luz artificial

Se llama luz artificial a la que se añade intencionadamente a la luz ambiental de una escena. Puede ser tan sencilla como un flash o tan compleja como un banco de focos de estudio. Con un equipo adecuado nada impide recrear cualquier efecto luminoso. Pero, normalmente, lo que el fotógrafo quiere es elevar la luminosidad, de modo que el resultado parezca natural. La atención, por tanto, debe centrarse en el sujeto u objeto a iluminar y cómo impacta en éste la luz.

La luz artificial permite el control absoluto sobre la dirección, calidad e intensidad de la luz. Las fuentes luminosas pueden cambiarse de sitio y difundirse o reflejarse. La intensidad de la luz se elige en base al sujeto, o a la abertura y la velocidad que se hayan escogido. Todo lo estudiado acerca de la calidad y dirección de la iluminación natural se aplica a la artificial Existen dos categorías en la luz artificial:

Luz continua: Se le llama luz continua porque es estable e ininterrumpida, y se genera con aparatos eléctricos. En ocasiones se emplean bombillas incandescentes de filamento de tungsteno de ampolla blanca o translúcida, que emiten luz suave, y de ampolla transparente, casi siempre provistas de un dispositivo de enfoque, para concentrar la luz en puntos reducidos. Las potencias más comunes en las lámparas para modelado o publicidad es de 250 0 500 watios; sin embargo, pueden encontrarse en el mercado hasta de 2000 watios.

Es importante mencionar que las lámparas de tungsteno duran menos tiempos que las corrientes utilizadas en casa. En particular, las llamadas sobrevoltadas o photoflood emiten una luz muy intensa a costa de funcionar a una tensión superior a la idónea para el filamento, y duran sólo unas pocas horas.

Existen fuentes especiales de mayor potencia, pero son más caras. Las bombillas de luz de cuarzo-halógeno son muy pequeñas y cómodas de transportar y proyectan una luz extremadamente intensa. Se utilizan más con cámaras de cine y video.

La principal ventaja de la luz continua es que se ve el efecto que produce: las sombras, su dirección e intensidad, etc. Es fácil ser creativo y subrayar determinados rasgos de una persona u objeto, o crear un ambiente. Para conseguir buenos efectos con la iluminación artificial es necesario aprender a observar a los objetos o sujetos a fotografiar y cómo incide sobre ellos la luz. Por lo tanto, es recomendable llevar a cabo esquemas de luces que nos auxiliarán a comprender cómo actúa la luz en determinadas condiciones.

Por ejemplo, la iluminación lateral provoca sombras, realza la textura y el volumen. Una luz en el fondo, separa al modelo de éste, crea cierto tipo de aura y nos da más volumen. La luz frontal aplana los detalles, desaparece el volumen casi por completo. Por otra parte, si se desea incidir en la luz, es recomendable utilizar reflectores.

A la iluminación frontal con la cámara y las luces altas mirando al sujeto se le llama también iluminación plana, ya que esta forma de iluminar tiende a aplanar el rostro, pues apenas proyecta sombras visibles. Por el contrario, la luz lateral, como ya se dijo, proyecta sombras muy marcadas, realza la textura de la ropa y el cabello y tiende al dividir el rostro en dos mitades. Cuando la luz se coloca por detrás del sujeto se obtiene una especie de halo. Esta iluminación, conocida como contraluz, nos permite reducir a los objetos o sujetos a meras siluetas, aunque su aplicación más común es combinarla con otras luces y utilizar el halo para separar la cabeza del fondo y dar profundidad al retrato.

Por otra parte, la luz inferior dirigida hacia arriba desde un nivel muy bajo, produce un efecto fantasmagórico, con sombras muy poco naturales y exageradas; tiende a comunicar un aire siniestro o malvado al sujeto. La luz montada por encima de la altura de la cabeza y dirigida hacia abajo proyecta sombras parecidas a las que forma el sol a mediodía. Es un ángulo interesante para iluminar el cabello, pero poco favorecedor para el rostro, pues forma sombras muy oscuras bajo las cejas y la barbilla. La llamada iluminación clásica, dirigida hacia abajo con un ángulo de unos 45° desde un lado del sujeto proyecta sombras naturales y crea un agradable efecto tridimensional.

Una fuente única y concentrada forma sombras duras y crea un contraste intenso. Para lograr un acabado más suave hay que difundir la luz reflejándola en una pared, en el techo, en una cartulina blanca o en un paraguas con el interior blanco o plateado.

La técnica de iluminación más común en retrato consiste en utilizar una luz principal para crear las sombras más importantes y otra menos intensa llamada luz de relleno, para suavizar dichas sombras. Cuando se trabaja con dos fuentes la principal suele situarse a un lado y dirigida hacia abajo con un ángulo de 45°. La luz de relleno se coloca más bajo, más alejada del sujeto y al lado de la cámara opuesto al ocupado por la fuente principal. Como es menos intensa que ésta, la luz de relleno no elimina las sombras, sino que sólo las suaviza.

También se emplea mucho un esquema de cuatro luces; es decir, dos más sumadas a las dos anteriores: una luz de fondo, que sirve sólo para aclarar el mismo fondo, y una luz de acento, que se coloca bastante alto y un poco por detrás del sujeto para hacer brillar el pelo.

El Flash

El flash es una fuente que emite un destello luminoso intenso y breve. Casi todos los aparatos de flash son portátiles y muy potentes en relación con su tamaño. El continuo abaratamiento de los flashes electrónicos han terminado por arrinconar los aparatos de bombillas. El flash electrónico presenta muchas ventajas: es portátil y ligero, pequeño y cómodo de llevar. A diferencia de las fuentes continuas, emite una luz muy potente y de muy corta duración, que contribuye a aumentar la nitidez del negativo.

Sin embargo, el uso inteligente del flash exige un poco de experiencia y sensibilidad para adivinar cuál será el efecto de la luz en la imagen final.

Si utilizamos una cámara de 35mm con obturador, no podremos disparar a la velocidad de obturación que se nos ocurra, debido a la actuación de las cortinillas. Si disparamos por arriba de la velocidad de sincronización determinada, obtendremos resultados negativos, ya que el destello del flash sólo impactará a la mitad del negativo, por el contrario, con velocidades de obturación más bajas, obtendremos resultados interesantes.

Se llama sincronización al acto de disparar el flash mientras el obturador de la cámara está abierto por completo. Para garantizar la sincronización correcta se establece una conexión eléctrica entre la cámara y el flash. Esta conexión se hace mediante un cable externo o por medio de una zapata. Sea como sea en el cuerpo de la cámara hay un conmutador electrónico que acciona el flash en el momento oportuno.

Casi todas las cámaras llevan marcadas varias posiciones de sincronización. A lo largo del tiempo se han utilizado distintas modalidades de sincronización que dependen del tipo de flash. La más común es la llamada "X". Por su peculiar forma de funcionamiento, el obturador de plano focal limita las velocidades de obturación que se pueden emplear. Recuerde que el obturador es un mecanismo que consta de dos cortinillas que se abren y cierran para dar paso a la luz. Normalmente, la velocidad máxima de obturación a la que se puede exponer correctamente una película se identifica con un color o símbolo especial en el mando de velocidades. Oscila entre 1/60 y 1/125 según el tipo de obturador. Por supuesto que la sincronización también es buena a velocidades más bajas de la indicada.

Si utiliza un flash manual deberá calcular la abertura basándose en el llamado número guía. Este número es el producto de la distancia entre el flash y el sujeto por la abertura necesaria para obtener una exposición correcta. Para una sensibilidad de película dada, el número guía es una valor constante que depende de la potencia del flash. El manual del instrucciones del flash incorpora casi siempre una tabla de números guías para distintas sensibilidades de película; algunos modelos llevan esta tabla impresa en la parte posterior.

Obviamente, la forma más sencilla de trabajar con el flash es montado siempre en la cámara; sin embargo, los resultados no siempre son los mejores, ya que el flash es una fuente puntual muy concentrada que acentúa mucho el contraste y tiende a proyectar sombras muy densas. No obstante, hay ciertas técnicas que nos permiten obtener mejores resultados al trabajar con flash, por ejemplo, si el sujeto está muy cerca de una pared, es preciso colocar el flash bastante alto y dirigido hacia abajo con un ángulo de 45° para que las sombras se proyecten por debajo de los hombros en lugar de por detrás de la cabeza. Las sombras también serán alargadas y poco favorecedoras si el flash está demasiado bajo.

Otra técnica consiste en el flash rebotado, que difunde la luz dura del flash y la mejora. Una técnica común consiste en rebotarlo en el techo, en la pared o en otra superficie reflectante. Algunos modelos llevan un cabezal rotatorio que nos permite llevar a cabo estas prácticas.

1 comment:

Anonymous said...

gracias por el resumen. Muy útil.